Ya sé que en nuestras latitudes nunca hace frío de verdad, en comparación
con las rígidas temperaturas que alcanzan, en estos meses, los países del
centro y del norte de Europa. Sin embargo, nadie negará que, en las últimas
semanas, el invierno haya hecho un triunfal acto de presencia en toda España, hasta
en Barcelona, donde el tiempo acostumbra a ser clemente.
No me estoy quejando del frío. Bien al contrario. Porque, a pesar de los
inconvenientes que conlleva, confieso que el invierno es mi estación favorita
junto con el otoño. Esto no quiere decir que sea yo una mujer crepuscular
(bueno, solo un poco), es que la sensación de recogimiento que fomenta el
paisaje otoñal me gusta. Me gusta porque asocio estos momentos del año a la
reflexión y a los estudios. Hay unos versos de Fray Luís de León que expresan
perfectamente esta sensación. Se trata de la Oda a Juan de Grial que mi compañero de literatura castellana
comentó en clase hace unos días y he decir que me emocionó:
Recoge ya en el seno
el campo su hermosura, el cielo aoja
con luz triste el ameno
verdor, y hoja a hoja
las cimas de los árboles despoja.
el campo su hermosura, el cielo aoja
con luz triste el ameno
verdor, y hoja a hoja
las cimas de los árboles despoja.
Ya Febo inclina el paso
al resplandor egeo; ya del día
las horas corta escaso;
ya Éolo al mediodía,
soplando espesas nubes nos envía;
al resplandor egeo; ya del día
las horas corta escaso;
ya Éolo al mediodía,
soplando espesas nubes nos envía;
ya el ave vengadora
del Íbico navega los nublados
y con voz ronca llora,
y, el yugo al cuello atados,
los bueyes van rompiendo los sembrados.
del Íbico navega los nublados
y con voz ronca llora,
y, el yugo al cuello atados,
los bueyes van rompiendo los sembrados.
El tiempo nos convida
a los estudios nobles, y la fama,
Grial, a la subida
del sacro monte llama,
do no podrá subir la postrer llama;
a los estudios nobles, y la fama,
Grial, a la subida
del sacro monte llama,
do no podrá subir la postrer llama;
[…]
En la tardes de invierno, cuando aún vivía en casa de mis padres y podía
dedicar todas las horas del mundo a mis estudios, mi madre preparaba el té
hacia las cinco de la tarde, como si estuviéramos en Oxford. Yo aprovechaba el
momento para hacer una pausa y distraerme un poco. Desde entonces el té,
caliente y aromatizado, es la bebida perfecta para las tardes en las que el Sol
se pone pronto.
Hace unos días entré en la tienda que la casa CAPSOUL ha abierto en la
calle Muntaner, a tocar de la Avenida Diagonal de Barcelona. Venden tés, cafés
e infusiones de todo tipo y para todos los gustos. Incluso tienen cápsulas
compatibles con las máquinas Nespresso
para aquellos a los que les cuesta esperar. Yo he comprado dos tés, uno negro earl grey, aromatizado con blue flower, y otro de roibos con
almendra caramelizada. Son tés en hoja que hay que preparar con infusor,
esperando los minutos de rigor. El sabor es intenso, por lo tanto sobran azúcar
o dulcificantes. El precio de cada confección es de 6 euros. Los tubos de
cápsulas que se ven en las fotos son un regalo de mi cuñada. Estas cápsulas son
muy cómodas, pero es necesario limpiar bien la máquina Nespresso antes de utilizarlas porque, si no, queda un poco de
retrogusto de café no muy agradable.
Un último consejo para estos días de frío: ¡hidratad labios y manos! En las
farmacias promocionan los packs crema de manos más bálsamo de labios de Caudalie o de Korres.
Yo os recomiendo los productos para manos y labios de la
marca americana EOS que, finalmente, se pueden adquirir en España. Los he encontrado
casualmente en la tienda Urban Outfitter
del Triangle,
en la Plaza de Catalunya. Se trata de productos con más del 90% de ingredientes naturales. Se pueden comprar por 8-9 euros cada uno. Felices días de invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario