Recuerdo que de pequeña me llamaba la atención que algunas mujeres llevasen
unas cejas tan retocadas que, prácticamente, ya no tenían. Mi madre me
explicaba que las chicas de su época, los años 70 del siglo XX (¡suena
terriblemente lejos! ¡NOOO! ¡El tiempo, otra vez!), solían depilarse las cejas
de esa manera, porque estaba de moda llevarlas muy finas y arqueadas.
A mí no me gustaban nada y afirmaba, con esa contundencia tan propia de los
niños, que nunca en la vida depilaría mis pobladas cejas ni con cera ni con pinzas.
No pensaba arriesgarme a que luego me quedasen como las de la mamá de una niña
de mi cole… La mujer en cuestión tan solo tenía dos finísimos hilos de pelos, que conferían a su cara la expresión perenemente estupefacta de una muñeca de porcelana entrada en años.
Al hacerme mayor, cambié de parecer y, estudiando mi cara, pensé que, si me
quitaba algún pelo por aquí y otro por allá, podía dar a mis cejas un diseño un
poco más limpio, sin perder demasiada naturalidad. Me las ingenié para hacerlo
yo sola, ya que siempre me ha gustado cuidar mis detalles estéticos en primera
persona. Empecé descartando el uso de la cera, después de haber visto cómo
quedaba la piel del contorno de ojos de una compañera de la facultad que se
había empecinado en volver a los 70. Acaté el consejo materno de usar solo las
pinzas y de evitar la depilación del arco superior.
En aquellos años universitarios, acabé de revisar mi look y pasé de tener cara de niña a tener cara de mujer, casi sin
darme cuenta. Desde entonces, mis cejas no han cambiado mucho: mantienen, más o
menos, el mismo diseño. Sin embargo, hace muy poco, he descubierto el arte de
maquillarlas.
En mi caso maquillar las cejas no presupone dibujarlas de nuevo; sino,
simplemente, consiste en rellenar los espacios vacíos, para dar al conjunto un
aspecto más compacto. Un buen diseño acompañado de un buen maquillaje puede
avivar notablemente la mirada.
Los productos de maquillaje aptos para las cejas son básicamente polvos y
lápices. Los polvos han de ser mate y los lápices, desde mi punto de vista, no
demasiado blandos ni cerosos, si no, adiós al relleno en cinco minutos. Por lo
que respeta a los colores, creo que es mejor escoger una tonalidad que no sea exactamente
la misma que la de las cejas naturales, sino ligeramente más clara, para no
correr el riesgo de parecernos a una
máscara veneciana...
Como decía, empecé a maquillar las cejas, hace aproximadamente un año, para
ver cómo me quedaban. El experimento estético coincidió con un viaje de mi
marido a los Estados Unidos… El pobre se fue con una lista de productos entre
los cuales había uno de la marca Anastasia
Beverly Hills. Cumplidor, volvió con un kit para cejas de la susodicha
marca, en la tonalidad “brunette” que me encantó por su calidad. Teniendo luego
la oportunidad de viajar a New York, yo misma, habiendo adquirido un
conocimiento enciclopédico sobre Anastasia Soare y su sabiduría, compré unos
cuantos artilugios más, para realzar el diseño de mis cejas.
Estos productos no se venden en España, pero
se pueden adquirir por internet, por ejemplo, en la tienda www.beautybay.com.
ABH Brow Wiz. Skinny Brow Pencil, en la tonalidad “Dark Brown”: es un lápiz de
mina finísima, de precisión, que permite, si quieres, dibujar las cejas pelo
por pelo; no es mi caso, pero para aquellas mujeres que en el pasado se
excedieron con las pinzas… puede ser una solución fácil. Lo compré en ULTA por
el precio de 21$ (en Beautybay, por
18 euros).
ABH Dipbrow Pomade, en la tonalidad “Dark Brown”: se trata de una especie de sombra compacta,
de acabado cremoso que se extiende con extrema facilidad. El resultado es muy
discreto, pero absolutamente efectivo. Se aplica con pincel de púas rígidas y
corte diagonal, apto para el eyeliner
en gel. Lo compré en Sephora por el
precio de 18$ (en Beautybay, por
11.30 euros, si no me equivoco, porque al cambio debería ser más caro).
ABH Brow Gel: es
un gel de cabado transparente para mantener las cejas en su sitio. He de decir que, si los otros dos productos me
parecen realmente buenos, éste no es nada del otro mundo. Hay geles para cejas de
muchas marcas, incluso low cost, que
van igual de bien o hasta mejor. Lo compré en Sephora por el precio de 22 $ (en Beautybay, por 19,20 euros).
ABH Brow Duality:
es un lápiz de doble punta que sirve para aclarar la zona del arco inferior o bien para crear unos puntos de luz. Una mina
es mate, la otra, brillante. Se difumina muy bien con los dedos, no hace falta
trabajarlo mucho para que obtener el efecto "ceja limpia". Lo compré en Sephora por el precio de 23 $ (en Beautybay, por 19,80 euros).
La marca Anastasia Berverly Hills
no es barata, pero sus productos son muy buenos. Hace meses que los utilizo casi a diario, evidentemente alternándolos – no me los pongo todos juntos a la vez… y
estoy muy contenta de su rendimiento. De hecho, ya no sé verme sin… El pequeño
inconveniente de siempre.
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